¿Qué ver en Paraguay?
En el corazón de América del Sur, podemos encontrar Paraguay, un país es un país sin litoral que se encuentra entre Argentina, Brasil y Bolivia, con grandes extensiones de pantanos, bosques subtropicales y chaco, extensiones de naturaleza que abarcan sabanas y matorrales. Sin duda alguna, Paraguay esconde algunas de sorpresas como las cataratas más grandes del mundo.
¿Qué hacer en Paraguay?
Turismo en Asunción.
Asunción es la capital de Paraguay, conocida como: “la muy noble y leal ciudad de Nuestra Señora Santa María de la Asunción”. Iniciar tu recorrido por este país, en la capital, es una excelente idea. Aquí podrás disfrutar de increíbles espacios con casas antiguas y típicas de la antigua colonia española, con monumentos que refleja la influencia europea.
Algunos de los lugares que puedes visitar en tu estancia en Asunción son: Centro histórico, Loma San Jerónimo, Barrio Villa Morra. Aquí podrás disfrutar de un paseo con historia y paisajes representativos.
Visita Encarnación.
En los límites con Argentina, se encuentra la llamada «Perla del Sur». En Encarnción en los últimos años se ha concentrado el turismo local, ya que es una de las zonas en donde los paraguayos pueden acudir a darse un chapuzón. Aquí en Encarnación también podrás vivir Carnavales, una tradición heredada de Brasil.
Cataratas del Iguazú.
Las cataratas más grandes del mundo y, para muchos, también las más bellas. Un claro indispensable que ver en Paraguay. Situadas en el triángulo entre el país, Brasil y Argentina, hay que dejar atrás Ciudad del Este y sus incontables centros comerciales para maravillarse ante este espectáculo de la naturaleza.
Misiones jesuíticas de la Santísima Trinidad de Paraná y Jesús de Tavarangue
Vestigios del pasado colonial español, estas imponentes ruinas son mudos testigos de la difícil convivencia forzosa entre jesuitas y guaraníes. Construidas en el siglo XVII, entre sus gigantescos muros de piedra habitaban comunidades de hasta 3000 personas. Paséate entre sus edificios de techos abiertos al cielo y escucha las historias que las piedras anaranjadas por el sol tienen que contar de sus habitantes, antes de que fueran abandonadas en la segunda mitad del siglo XVIII. En 1993 estas misiones fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.